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Javier Gurruchaga, cantante de la Orquesta Mondragón: “En las giras, con tanto movimiento y conciertos seguidos, entras en una rutina en la que pierdes la noción del lugar y no sabes dónde estás”

Javier Gurruchaga, cantante de la Orquesta Mondragón: “En las giras, con tanto movimiento y conciertos seguidos, entras en una rutina en la que pierdes la noción del lugar y no sabes dónde estás”

Javier Gurruchaga es uno de esos artistas cuya vida está escrita en la música y en la carretera. Como líder de La Orquesta Mondragón, ha compartido escenario, anécdotas y kilómetros con su banda a lo largo de varias décadas. Desde los primeros conciertos a finales de los 70, pasando por aquellos viajes interminables por Europa, hasta las largas giras por otros continentes, Javier ha hecho del viaje una forma de vivir, de entender la música y de comprender la vida misma. Su presencia arrolladora en el escenario, su voz inconfundible y canciones como Corazón de neón, Bon voyage, Caperucita feroz, Rambo, y muchas otras, lo han convertido en alguien que, de una forma o de otra, está presente en nuestra memoria.

Lejos del foco de los escenarios, su vida también ha sido un recorrido, marcado por las furgonetas, las largas esperas en aeropuertos y, sobre todo, por la gente que lo ha acompañado. Pero esos trayectos no solo hablan de su música, sino también de su historia personal, de esos recuerdos que lo definen, de los momentos que ha compartido con la banda, y de historias que, aunque comenzaron hace ya algunos años, siguen muy presentes a día de hoy.

La Orquesta Mondragón celebra el 40 aniversario de 'Rock & Roll Circus'

La Orquesta Mondragón celebra el 40 aniversario de 'Rock & Roll Circus'

Javier Gurruchaga, ¿cómo se presenta el verano?

Acabamos de estrenar en Madrid y vamos a recorrer la geografía española presentando nuestro último show, con el que celebramos el 40 aniversario del que fue un disco fundamental para la banda: Rock & Roll Circus.

La Orquesta Mondragón ha recorrido infinidad de kilómetros. ¿Qué sientes ahora al viajar comparado con aquellos primeros años de gira?

Viajar permite escapar un poco de la monotonía. Siempre suma encontrarte con amigos que te acogen. Los conciertos han sido una parte fundamental en nuestras vidas. El año que viene cumpliremos 50 años haciendo esas escapadas maravillosas que son las giras.

A lo largo de los años, muchos artistas pasan por ciudades y escenarios, pero tus canciones también han versado sobre la carretera, sobre el viaje. ¿Cómo ves la relación entre tu música y esa constante movilidad que forma parte de tu vida?

La música tiene movimiento. Es un desfile fantástico de notas y silencios, con ritmo y marcha. Ese movimiento que lleva la música está también en la vida misma. Además, tiene mucho que ver con los viajes, con las viejas orquestas de Duke Ellington y todas esas de jazz. Muchas de sus canciones reflejan el transporte en tren, con ese sonido característico de banda con bocina. Eso se relaciona con la vida misma, un ajetreo maravilloso lleno de túneles y sorpresas. Viajar, como dice la canción Viaje con nosotros, es un auténtico placer: jugar, escapar, huir y cambiar. Todo eso es una especie de cambio permanente.

No conduzco porque, con 20 años, tuvimos tres accidentes seguidos y le cogí miedo”
Javier Gurruchaga, cantante de la Orquesta Mondragón
Javier GurruchagaCantante y actor

Javier, ¿tú conduces?

No, no conduzco porque tuvimos una serie de accidentes, con 20 años, de los que más tarde hicimos algunas canciones en clave de humor, como Bon voyage o Viaje con nosotros. Fueron varios sustos seguidos con la orquesta y le cogí miedo a conducir. De chaval quería tener un buen coche para llevar a mis padres y hacer viajecitos a Francia, pero le cogí miedo y le tengo mucho respeto. Seguramente, la forma en la que más me gusta viajar es el tren.

Nuestros primeros recuerdos suelen estar ligados a los viajes con la familia. En tu caso, ¿cómo viviste esos primeros viajes de niño? ¿Qué viajes familiares recuerdas con especial cariño?

Éramos una familia modesta y solíamos movernos en tren; muy ocasionalmente en autobús. Muchas veces viajábamos en tercera, que era lo habitual entonces, mientras que la segunda representaba otro nivel. Habitualmente, los domingos hacíamos alguna salida por San Sebastián, para conocer la ciudad, y otros pueblos costeros, donde comíamos y veíamos cine. Mi madre, que era cocinera, me enseñaba platos y sitios especiales. Era una forma de descubrir cosas nuevas y alegrarme la vida con ellos y sus relatos.

Javier Gurruchaga durante una actuación con la Orquesta Mondragón

Javier Gurruchaga durante una actuación con la Orquesta Mondragón

¿Qué recuerdos tienes de esos primeros viajes de juventud con amigos?

En los primeros años, estando muy cerca de San Sebastián y Francia, íbamos muchas veces a ver conciertos en Bayona o a comprar discos y vinilos en Naya o Biarritz. Recuerdo que hacíamos alguna escapadita con el guitarrista de la banda de aquel entonces, que se llamaba Orfeo. Estos viajes estaban relacionados con el deseo de ser artista quería cantar y aprender; y la idea era ver y escuchar discos de otros para imitarlos con la guitarra. Yo tenía entre 16 y 18 años, estudiaba saxofón, y esos viajes servían para descubrir novedades que luego nos ayudaban a crear nuestro propio trabajo. Fueron muy didácticos.

A día de hoy, en la ciudad, ¿en qué te mueves?

Normalmente me desplazo en taxi; es el medio de transporte más cómodo para mí para moverme por la ciudad. Además, agradezco mucho que ahora sea obligatorio ponerse el cinturón porque es más seguro.

Taxi… ¿Eres de los que mantienen conversaciones con el taxista?

A mí, en el taxi, me gusta hablar. Se nota enseguida si el taxista tiene ganas de cháchara o no, y también si es simpático. A veces no apetece conversar con nadie, nos pasa a todos, pero cuando sí, y la charla fluye, se agradece. Hablar de música siempre va bien y el viaje se hace más ameno. Comentamos conciertos, que si uno vio a los Rolling Stones, que si el otro a Led Zeppelin...

Se nota enseguida si un taxista tiene ganas de cháchara o no, y también si es simpático”
Javier Gurruchaga, cantante de la Orquesta Mondragón
Javier GurruchagaCantante y actor

Tu canción Viaje con nosotros tiene un toque especial, como si hablara de un viaje por algo más que kilómetros. ¿Viajar es sinónimo de libertad?

La libertad es bastante consustancial con el ser humano. Uno también quiere que le dejen vivir un poco su vida, y en ocasiones tiene la necesidad de aventura, de escapar, de vivir otras experiencias. En ese sentido, he sido bastante inquieto y lo mío estado relacionado con la música y el espectáculo. Desde muy pequeño siempre me ha gustado hacer teatro, parodias, jugar, entretener… En definitiva, salirme un poquito de la norma. Recuerdo que empecé a trabajar en un banco y todo el tiempo quería escapar de ahí. Yo quería cantar, tocar un instrumento.

En tus primeros años con La Orquesta Mondragón, ¿cuál fue el primer viaje largo que hiciste con la banda?

Fundamos la banda en 1976 y un año después hicimos nuestra primera gira, sobre todo por pueblos del País Vasco, porque ya teníamos bastante demanda. Viajábamos en coches prestados entre músico, y pronto conseguimos una furgoneta. Era todo muy “a ver qué pasa”. Nuestro espectáculo gustaba mucho porque iba a contracorriente y tenía un punto muy rebelde que incluía parodias, bromas y canciones de distintos géneros: rock, blues, temas de Lou Reed, de los Rolling Stones, todo en tono irónico. Poco a poco fuimos notando que conectaba con la gente y que cada vez teníamos más actuaciones, por lo que todo comenzó a tomar forma y dimos el salto a Madrid.

Javier Gurruchaga, cantante de la Orquesta Mondragón

El año que viene, la Orquesta Mondragón cumplirá 50 años

Con tantos kilómetros recorridos, ¿has llegado a perder la noción del tiempo o del lugar en el que estabas?

¡Sí! A veces ni sabes dónde estás. En las giras, con tanto movimiento y conciertos seguidos, entras en una rutina en la que pierdes la noción del lugar. Cuando el público responde bien, es muy emocionante, pero no siempre pasa. Claro que hay fechas y sitios que uno no olvida: conciertos importantes en San Sebastián, en Donostia, en Bilbao, Madrid, Barcelona... Hemos vivido momentos míticos. Recuerdo especialmente uno en el Moll de la Fusta, en el año 82, al que asistieron más de cien mil personas. Fue impresionante. Hay conciertos que se te quedan grabados, pero en medio de la temporada, muchas veces no sabes ni dónde estás.

¿Te gusta viajar en barco?

No, no me gustan nada los barcos. Alguna vez he tenido que viajar así y, aunque es una experiencia curiosa, prefiero evitarlo. Por si acaso, siempre me tomo una biodramina, porque actuar mientras todo se mueve da una sensación bastante extraña, casi como vértigo. Las veces que fui de Barcelona a Ibiza o a Palma para actuar, no dormí en toda la noche por culpa del vaivén.

¿A qué lugares te has escapado?

¡A muchos! Pero París y Londres son mis ciudades favoritas. He ido mucho a París a ver obras de teatro y películas, mientras que en Londres he tenido la oportunidad de actuar con grandes grupos y en musicales importantes. También he recorrido Berlín, Praga, e incluso Moscú, donde participé en un festival de cine, con una película española, en 2005. Moscú es una ciudad fascinante, igual que San Petersburgo. Lisboa es una ciudad mágica, al igual que muchas ciudades en España, un país con mucho contraste, riqueza cultural, historia y diversas formas de vida.

“Después de tantos años, en los viajes con la banda, la conversación se termina rápido y todo se vuelve rutina, con hambre, ganas de parar y buscar un baño”
Javier Gurruchaga, cantante de la Orquesta Mondragón
Javier GurruchagaCantante y actor

¿Recorrido por Londres?

Londres tiene lugares especiales para la noche, como Ronnie Scott's, un clásico del jazz y de la música experimental, o el Club Maki, donde vi por primera vez a ACDC en su presentación en Londres, en el año 1976, cuando yo tenía 18 años. Allí conoces a mucha gente maravillosa y encuentras clubes pequeños con gran calidad musical, una tradición que sigue viva a día de hoy. Además de los clubs, Londres cuenta con teatros y musicales impresionantes. Aunque hoy en día casi puede actuar cualquiera en un musical, al principio podías ver a grandes actores en escena; es un verdadero espectáculo. La ciudad es un centro vibrante de música y teatro. También tienen museos fantásticos que completan la experiencia del viaje y, con todo eso, apenas queda tiempo para socializar, por mucho que se intente.

A menudo los viajes largos en coche o autobús generan una convivencia muy cercana entre los miembros de la banda. ¿Cómo es viajar en esos espacios reducidos, tanto tiempo y la misma gente?

Como bien te puedes imaginar, se hace bastante pesado después de tantos años. La conversación se termina rápido y todo se vuelve rutina: hambre, ganas de parar, buscar un baño... Llega un momento en que solo quieres llegar y te pones a leer el periódico o un libro para distraerte. Para mí, el autobús es el medio más aburrido. El tren, en cambio, resulta más ameno porque puedes caminar por el pasillo y es más fácil entablar conversación. De hecho, viajando en tren he conocido a gente interesante. En cambio, el autobús es como una lata de sardinas, todo frío y apretado.

Javier Gurruchaga, antes de su actuación con la Orquesta Mondragón, en las Fiestas de San Isidro de Madrid

Javier Gurruchaga, antes de su actuación con la Orquesta Mondragón, en las Fiestas de San Isidro, en Madrid

¿Tú eres un buen acompañante de viaje?

No creo que sea un mal acompañante, aunque soy bastante maniático. De todos modos pienso que, en el fondo, todos lo somos un poco. Suelo tener temas para hablar, sobre todo cuando la charla gira en torno a la música, el espectáculo, alguna película o incluso política. Siempre hay algo que comentar. Claro que hay todo tipo de viajeros, con personalidades muy distintas, y algunos son más fríos o reservados.

¿Alguna vez las conversaciones o las situaciones espontáneas en el viaje te han dado ideas para canciones?

Claro que sí. Por ejemplo, Bon Voyage nació a raíz de tener tres accidentes de coche seguidos. En Viaje con nosotros, todos los temas están cargados de ironía y humor sobre los viajes. Sin embargo, muchas veces los viajes más fantásticos han sido los que hacemos con la imaginación y el cine, que ha sido fundamental para nuestras canciones. Temas como Caperucita Feroz reflejan esa influencia. Para mí, el mejor viaje es el que haces al meterte en una película, y eso ha marcado mucho nuestro trabajo y la forma en que enfocamos nuestras creaciones.

Tu música ha trascendido fronteras. ¿Recuerdas alguna ciudad, ya sea en Europa, América o más allá, donde te hayas sentido especialmente conectado con el público y el ambiente local?

El público mexicano nos conoce, nos sigue mucho, y existe una conexión cultural importante entre ellos y nosotros. También recuerdo con cariño al público de Lima, en Perú, donde hace unos 30 años actuamos en la Feria del Hogar. El público estaba muy entregado y, a pesar de la distancia, las canciones llegaban gracias a la radio y la televisión, creando una empatía especial. Hay muy buen ambiente y buena energía en esos lugares. En Buenos Aires, donde también hemos actuado, encontramos escenarios con una gran acogida, incluso más de lo que uno podría imaginar.

'Bon Voyage' nació a raíz de tener tres accidentes de coche seguidos; en 'Viaje con nosotros', los temas están cargados de ironía y humor sobre los viajes”
Javier Gurruchaga, cantante de la Orquesta Mondragón
Javier GurruchagaCantante y actor

Viaje con nosotros, es una canción inolvidable y fue un programa de televisión… Una de sus estrofas terminaba diciendo “de las hermosas historias que les vamos a contar”. Si tuvieras que escoger una historia importante para ti, ¿cuál sería?

Descubrir que, a través de la parodia, la voz y la interpretación, uno puede acercarse a la gente, gustarles y entretenerlos; es algo maravilloso. Poder vivir de ser un entertainer es un gran logro. Aunque empecé como botones en un banco, siempre quise hacer esto. Al final, he logrado vivir de lo que me apasiona. Viajar con la imaginación, el humor y la inteligencia es parte fundamental de este maravilloso trabajo en el mundo del espectáculo.

Javier, ¿cuál es tu lugar favorito para escapar de la rutina y desconectar completamente?

Desconecto muy bien cuando estoy en una ciudad distinta a la mía y veo una película, por ejemplo, El fantasma de la libertad de Buñuel o El fantasma de la ópera. Disfrutar de esas historias en un lugar diferente es especial. Después, salir a un restaurante a tomar una pizza prosciutto completa el plan perfecto. Cambiar de aires, perderse un poco, es una manera estupenda de desconectar.

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Desde muy joven, Gurruchaga se sintió atraído por la música y el espectáculo

Colaboradores

Javier, si pudieras elegir a una persona, fuera quien fuera, de toda la historia, y esté o no entre nosotros, ¿a quién elegirías y dónde iríais?

Me gustaría mucho conocer y viajar con Charles Chaplin, compartir una cena con los Hermanos Marx, también con Napoleón o Charles Laughton.

¿Tu plan para hoy?

Mi plan para hoy es primero atender a unas personas con las que he quedado y de las que quiero desprenderme rápido. Luego tengo que ir a la óptica porque anoche me dormí con las gafas puestas, las aplasté por completo y están hechas un desastre. Más tarde, iré a la Filmoteca a ver alguna película y, después, planeo cenar: primero unas alubias rojas, luego una tortilla francesa y terminaré con una manzana preparada en el restaurante El Bierzo. Finalmente, por la noche, en casa, leeré un poco hasta que me dé sueño.

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Javier Gurruchaga no solo ha viajado por el mundo, sino que ha hecho de cada trayecto una aventura memorable. Entre risas y anécdotas, ha sabido transformar cada viaje en una experiencia única, tanto en lo personal como en lo musical. La carretera le ha dado más que canciones; le ha dado historias que contar, momentos irrepetibles y una forma de vivir que solo los que se atreven a recorrer el mundo pueden entender. Hoy sigue siendo el mismo hombre que empezó con su banda, pero con una mirada mucho más rica en historias y experiencia. Queda claro que Javier tiene combustible de sobras para seguir sorprendiéndonos con nuevas canciones e historias para que quien “compre su billete, compre la felicidad”.

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